La implementación del Plan Llegar Antes consiste en la aplicación progresiva y simultanea de cinco programas que abordan los problemas sociales de manera personalizada, sistemática, resolutiva e intersectorial.
Coordinación Familiar y Comunitaria: nuevas formas de abordar el territorio
El programa implementa una innovadora herramienta de trabajo orientada a brindar atención directa a las familias y al desarrollo comunitario con el fin de lograr una mayor eficacia en la implementación de las políticas sociales. Está focalizada en dos dimensiones, esenciales y complementarias, de la realidad social: la familiar y la comunitaria. Para ello se desarrollan diferentes núcleos de acción y grupos de trabajo.
Núcleos de Coordinación Familiar (NCF)
El objetivo de los NCF es asesorar, orientar y asistir a familias vulnerables , mediante la presencia de un coordinador familiar que visita sus hogares periódicamente, procurando establecer un vínculo de confianza estable para identificar en conjunto las necesidades prioritarias y diagramar un trayecto para su abordaje.
Cada coordinador familiar (CF) tiene a su cargo un número acordado de familias, a las que podrá brindar una atención directa, cercana, sistémica y resolutiva. Estas condiciones facilitan un entendimiento en profundidad de sus problemáticas, así como la posibilidad de motivar a sus integrantes a comprometerse activamente en la búsqueda de soluciones a sus dificultades y asuman un rol protagónico en la transformación de su realidad. De esta manera, se deja de lado el mero asistencialismo para trabajar con las familias a través de un diagnóstico participado.
Los Coordinadores Familiares interactúan con el Equipo Técnico de Respaldo (ETR), acordando la factibilidad de realización de sus propuestas, y articulan con las áreas públicas y el Núcleo de Dinamización Comunitaria (NDC) para las intervenciones comunes en territorio.
Núcleos de Dinamización Comunitaria (NDC)
El propósito de los Núcleos de Dinamización Comunitaria consiste en promover la articulación entre la ciudadanía (vecinos, familias, OSC, escuelas, etc.), los técnicos profesionales en territorio y los funcionarios públicos—ya sea a nivel municipal, provincial y nacional—con el fin de mejorar la realidad social de la zona intervenida.
Los dinamizadores comunitarios (DC) acuerdan con los actores sociales locales la elaboración de un diagnóstico participado del barrio o sector seleccionado, cuyos resultados se comparten con la comunidad destinataria. Esta puesta en común se realiza en un encuentro comunitario donde se fomenta el trabajo propuesto y consensuado para el desarrollo de actividades, basado en las necesidades emergentes del diagnóstico. El diseño y la organización de tales actividades requieren del apoyo de las autoridades locales y una coordinación conjunta.
En caso de ser necesario, los DC—con la asistencia del ETR—pueden convocar a mediadores para gestionarlos conflictos comunitarios, o bien, coordinar acciones con los CF.
Equipo Técnico de Respaldo (ETR)
La función del Equipo Técnico de Respaldo es la de asesorar, supervisar, orientar, facilitar y asistir a los Coordinadores Familiares y Dinamizadores Comunitarios para que puedan atender respectivamente a las familias o los grupos comunitarios organizados con el objetivo de resolver las problemáticas priorizadas en los planes consensuados con anterioridad.
El Equipo Técnico de Respaldo está integrado por los funcionarios, profesionales y técnicos activos de la administración pública de las áreas de salud (incluida la psicosocial), educación, hábitat, ciudadanía, desarrollo social, legales, desarrollo comunitario, servicios locales para la niñez, adolescencia y familia.
Gabinete de Coordinación Institucional (GCI)
El Gabinete de Coordinación Institucional tiene como función principal acordar, diseñar y coordinar un plan de acción, con su correspondiente presupuesto, para cada área interviniente. Además tiene a cargo la supervisión del programa, la autorización de readecuaciones y la promoción de iniciativas legislativas, en caso de que sea necesario.
El GCI está integrado por las autoridades competentes de los distintos organismos gubernamentales, municipales y/o provinciales, que intervienen en el desarrollo de Plan. Tiene bajo su responsabilidad: (i) la dirección de las fases previas a la implementación, (ii) la toma de decisiones relativas a la conformación de los NCF, NDC y ETR, (iii) la selección del territorio de intervención, (iv) la revisión y adaptación del programa y sus objetivos según las necesidades locales, (v) el establecimiento de las pautas para la convocatoria de las familias, (vi) la capacitación intensiva de los integrantes de los NCF y NDC y (vii) la presentación de coordinadores y equipos a las familias participantes.
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Norte y Brújula: una hoja de ruta para el equipo de gestión
El programa pretende asistir a los equipos de la Alta Gestión en la identificación de las metas prioritarias para que trabajen en sintonía con la orientación estratégica adoptada por la gestión de gobierno, en pos de definir y coordinar el rumbo de las distintas acciones estatales en territorio.
Los equipos de gestión establecen, con asesoramiento del Observatorio Social, cuáles serán las familias destinatarias del Plan Llegar Antes en base a los criterios de vulnerabilidad que más afectan a su comunidad. Asimismo, se acuerdan las actividades necesarias para proveer los bienes y/o servicios adecuados a la población seleccionada, de manera que se logre atender a los sectores más desfavorecidos desde una perspectiva integral, orientada a generar un impacto social favorable de largo plazo. También se analiza si resulta conveniente introducir cambios en el ejercicio de sus tareas (revisión de actitudes, prácticas, conocimientos, competencias, entre otros), de modo de potenciar al máximo su alcance.
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Cuidar al que cuida: nuevos espacios de encuentro
El programa aborda las temáticas del estrés laboral a través de actividades creativas y lúdicas. Incorpora las vivencias particulares de los participantes de cada grupo y busca crear una red de seguridad psicológica y de confianza que permita elaborar los conflictos, apropiarse de los aprendizajes y sumar herramientas específicas y creativas para su quehacer cotidiano.
Se parte del principio de que las posibilidades de éxito o fracaso de un programa dependen, en gran medida, de su implementación. Por lo que, los responsables de efectivizar el alcance propicio de un programa en territorio -sus operadores- son los que deben ser cuidados y fortalecidos, ya que son quienes garantizan la reconstrucción del lazo social y comunitario.
El estrés laboral suele tener sus orígenes en las propias cargas de angustias y desazón que están presentes en las familias vulnerables que ellos deben atender en la tarea diaria, en las instituciones con sobrecargas de tarea, en los entornos desfavorables, en los horarios excesivos, en la falta de reconocimiento o en la exposición a las críticas recurrentes de la población objetivo y, en ocasiones, de los superiores jerárquicos y los pares.
Las supervisiones de los programas suelen estar más centradas en el “cliente externo” que en el “cliente interno”. No se llega a dimensionar el desgaste que puede estar padeciendo este último, provocando muchas veces un quiebre de su vocación y de la identidad laboral que se refleja en el término burnout, que da cuenta de seres “quemados” por dentro.
La actualización permanente -en el marco del saneamiento del rol profesional y a partir de la supervisión de casos- constituye el camino donde cada obstáculo puede convertirse en oportunidad de aprendizaje y fortalecimiento de capacidades.
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Jornadas de Sensibilización, Interacción y Difusión
Las Jornadas están destinadas a actores clave del Poder Judicial y Ejecutivo, las OSC y el sector empresarial con el objetivo de desplegar su capacidad de incidencia y cooperación. Se pretende superar cualquier diferencia que pudiera existir a fin de mitigar los padecimientos de la población en situación de mayor vulnerabilidad. Su atención temprana e integral representa un aspecto crítico de la gestión para evitar que estos se vuelvan problemas mayores y más costosos de resolver.
Su foco principal consiste en impulsar un espacio de trabajo integrador, que no solo responda a las cuestiones puntuales u operativas, sino que logre también concientizar a la comunidad y sus principales actores sociales acerca del carácter estratégico de las acciones basadas en el respeto y cuidado de la niñez, la adolescencia y la familia, particularmente en los sectores en situación de mayor vulnerabilidad.
Programa de monitoreo y sostenibilidad
Se desarrolló un programa de asesoramiento, capacitación y apoyo sistemático al organismo local responsable de realizar las estadísticas para fortalecer y ampliar las metodologías de seguimiento y evaluación de las políticas públicas, particularmente aquellas dirigidas a atender asuntos sociales.
El objetivo es transferir herramientas de monitoreo para analizar el funcionamiento de las unidades operativas de los diversos programas sociales y realizar correcciones a tiempo; lo que permitirá medir el impacto de los mismos en un corto, mediano y largo plazo. Se pretende, de esta manera, que la evaluación permanente sirva para analizar los costos-beneficios en la ejecución de las políticas públicas vinculadas con el área social, para favorecer la optimización del uso de recursos estatales. El fortalecimiento de una cultura de la evaluación en las distintas áreas de gobierno contribuirá al diseño y la implementación de políticas sociales basadas en evidencia científica.
Se proyecta conformar una Unidad de Evaluación, de carácter multidisciplinaria, integrada por profesionales (sociólogos y economistas) con formación sólida en el uso de metodologías cuantitativas, experiencia en evaluaciones de impacto y conocimiento profundo de las características de diseño e implementación de las políticas sociales. También es necesario el desempeño de personal administrativo y técnicos informáticos.