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Por: Eduardo Amadeo

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A pesar de los avances en la investigación y vacunación, crece en el mundo la literatura que advierte acerca de la permanencia del Covid-19 y sus múltiples impactos. Las nuevas cepas, las limitaciones para una cobertura universal en las vacunas, las dificultades de manejo social de los contagios y otras variables concluyen en una permanencia dilatada del virus, como sucedió en el pasado con otras pandemias similares. 2023 es la nueva meta –incierta– de estabilidad, con grandes diferencias entre países, pero todos caracterizados por rebrotes iterativos, dificultades para sostener las actividades productivas y sociales y nuevos desafíos de mayor complejidad para las acciones sociales.

En la Argentina, a esta incertidumbre sobre el futuro, se suma el daño ya producido durante 2020 en el campo social, que resultará muy difícil de recuperar. Hay impactos ya muy evidentes, como el de la educación, pero otros menos conocidos, como el que han sufrido las familias en su capacidad de funcionamiento, y que afectan de manera difícilmente reversible a sus hijos, como muestran los informes de la UCA.

Ya es claro que vamos hacia una consolidación de altísimos niveles de pobreza, con la incorporación de personas de clase media, y a situaciones cada vez más complejas en el campo laboral y social, pues no hay expectativas firmes de recuperación de empleos formales y niveles salariales.

Todo es mucho más complejo. A la creciente inequidad educativa hay que sumar que las mujeres más pobres han sido más afectadas en sus posibilidades laborales por tener que cuidar a sus hijos. El bajo acceso a las escuelas y al sistema de salud está produciendo un aumento del embarazo adolescente, que impacta sobre las parejas por el masivo desempleo juvenil. El efecto de la cuarentena sobre la estabilidad emocional de los niños y jóvenes es importantísimo y aún difícil de evaluar. Y la mayoría de estos problemas continuarán –y empeorarán– con la permanencia de la pandemia.

Por razones de urgencia muy comprensibles, la política social del Gobierno se ha concentrado en la transferencia de ingresos. Ante cada problema, la respuesta es transferir más dinero, pero no cambiar procedimientos ni aumentar la complejidad de la mirada. Pero más dinero no alcanza cuando las heridas son tan profundas. La cantidad no suplantará a la calidad; sobre todo cuando existen tantas intermediaciones teñidas de política y por tanto sin posibilidades objetivas de evaluación de su impacto. El problema no se soluciona con “mesas” mediáticas, sino con una estrategia integral de fuerte contenido técnico.

Un primer cambio elemental debería asegurar que no haya excesos en la percepción de beneficios y que las personas y familias reciban recursos en función de sus necesidades. Eso se puede lograr con una estricta utilización de las herramientas informáticas disponibles, pero sobre todo asegurando el control público de los programas.

La misma búsqueda de eficiencia debería guiar la relación con las provincias, que reciben dinero sin relación alguna con los resultados de su utilización. La idea del Plan Nacer –que transfiere recursos sobre la base de resultados– podría extenderse a todos los demás programas de todos los ministerios con implicancias sociales.

Los efectos de la segura persistencia de la pandemia sobre las personas más pobres requieren repensar profundamente y de manera cooperativa los qués y los cómos de todas las políticas sociales que afectan a la familia y en especial a jóvenes y mujeres, una tarea que debería encarar el inexistente Consejo de Coordinación de Políticas Sociales, hoy dedicado a tareas de militancia territorial. Incorporar el concepto de familia –u hogar– como objetivo de focalización seguramente no suena muy progresista, pero –visto desde la realidad actual de las personas– es fundamental.

Es cierto que las políticas sociales no resolverán esta pobreza cronificada que agobia a tantos millones y que la solución más integral pasa por las modificaciones estructurales que venimos pregonando y que generen inversión y empleo. Pero si continúa este enorme deterioro en las capacidades de las personas por el efecto conjunto del virus y la recesión, llegará un momento en el que no habrá recuperación posible.

Sabemos que estas ideas, al igual que la propuesta de modificar de raíz los planes sociales asociándolos a estímulos laborales, son de difícil resolución, porque implican graves conflictos políticos con movimientos sociales y autoridades provinciales que trabajan cómodos con el paradigma distribucionista sobre el cual basa su poder político el kirchnerismo. Pero un silencio complaciente es inaceptable en un tema en el que está en juego la vida de millones de personas.

Columna de opinión publicada en el Dirario La Nación el 23 de febrero de 2021.

 

Artículo de Eduardo Amadeo para el Diario La Nación · 1 de agosto de 2017

amadeo-osUsando las redes sociales como indicación de los sentimientos de la gente promedio, vemos cuánta ternura y solidaridad despiertan los niños golpeados o desnutridos. Toda imagen de abandono desata ofertas de ayuda y comentarios sensibles. Pero cualquier referencia a un adolescente delincuente o adicto a las drogas provoca sentimientos agresivos, que van desde la demanda de mano dura hasta pedidos de encarcelamiento temprano. Ninguna compasión. Esos jóvenes -aún casi niños- son la amenaza de la posible muerte de los lectores, mientras que la de ellos no sólo importa poco, sino que además será bienvenida. 

Un reflejo de ello es la cantidad de instituciones que se dedican a cuidar a unos y a otros. Prestigiosos ciudadanos abrigan a niños con diversos desamparos y son aplaudidos en los medios. La pobreza infantil es el más desgarrador ejemplo del fracaso argentino.

Nada parecido sucede con los jóvenes. Para ellos, encierro. Cierto es que es más fácil sacar a un niño de la desnutrición que a un adolescente de la droga, pero la imagen de los jóvenes en los medios esta más asociada a droga, delito y violencia que a las naturales dificultades que tiene la adolescencia en la pobreza. Los niños no son responsables de su desnutrición; los adolescentes parecen responsables de sus carencias.

 

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El pasado 9 de junio se realizaron las Mesas Redondas NOA en el Museo Juan B. Terán de la Universidad Nacional de Tucumán 

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Con la presencia de referentes institucionales y personales de todas las provincias de la región NOA se realizó la primer Jornada de Mesas Redondas acerca de La Familia Líquida. La diversidad de visiones, posiciones y opiniones ha enriquecido el tema central de nuestra iniciativa.

Participaron:

De la Universidad Nacional de Catamarca, las Lic. Karina Molina y Romina Barrios y el Lic. Pedro Cherbi. De Jujuy, por el Tribunal Evaluador para la selección de Jueces, la Dra. Ana G. Igarbazal y el Dr. Guillermo A. Garlatti, por la Comisión de Derechos Humanos del Colegio de Abogados. Desde la Universidad Católica de Santiago del Estero -Facultad de Ciencias Políticas, Sociales y Jurídicas- la Dra. Liliana del Valle Abdala; la Docente investigadora de la Universidad Nacional de Santiago del Estero -Facultad de Humanidades Ciencias Sociales y de la Salud- Magíster en Comunicación Social y Licenciada en Sociología, Roxana Velarde. De la Universidad Católica de Salta, la Dra. Patricia Nallar Batulle y desde el Gobierno de esa Provincia el Lic. Diego Cipri, de la Secretaría de Articulación e Innovación del Ministerio de Primera Infancia.jornadas-noa

La Provincia de Tucumán, siendo Sede para el NOA de esta edición de las Mesas, ha contribuido con marcado interés en la Jornada con la presencia de una nutrida concurrencia desde instituciones y organismos públicos. Fue así que la jornada contó desde la Universidad Nacional de Tucumán, con su rectora, la Dra. Alicia Bardón, desde su Facultad de Psicología, con la Lic. María Elena Casacci y desde su Facultad de Ciencias de la Salud, con la Dra. Graciela di Benedetto. Convocadas por la Universidad San Pablo Tucumán asistieron la Jueza Dra. Mariana Rey Galindo y la Dra. Sofía Srur. Desde el Gobierno Municipal de la Ciudad de San Miguel de Tucumán se integró a la jornada la Dra. Lucía Briones, del Centro de Violencia Familiar. La Fundación León se hizo presente con Daniel B. Alonso y Nayla Amado López, en tanto el Instituto de Maternidad y Ginecología Nuestra Sra. de la Merced participó a través de la Dra. María Cecilia Fernández Antruejo y la Psicóloga Social Alicia Nadal. El Gobierno de la Provincia, desde la Secretaría de Relaciones Internacionales, hizo su presentación con la Lic. María. José Haro Sly; la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Santo Tomás de Aquino estuvo a través de la Lic. María Inés Fernández. Participaron también la Dra. Silvana Haten, desde la división Infanto Juvenil del SINAPROSA (Sistema Provincial de Salud de Tucumán), la Lic. Graciela Salazar, de la Cooperativa Generar y la Lic. María Figueroa, siendo que las tres, además, co-organizaron la jornada como referentes del Observatorio Social y de la Fundación El Otro en Tucumán.

El representante para Argentina de la Fundación Konrad Adenauer Sr. Olaf Jacobs y la Sra. Mónica Bing, de la misma Institución, participaron activamente en dos de las Mesas, junto al Lic. Eduardo Amadeo, quién lidera la iniciativa. Organizaron y coordinaron la Jornada desde el Observatorio Social, Juan Bautista Peña y Mario Mazzeo.

El Sr. Olaf Jacobs, en una entrevista para Radio Universidad, previa al desarrollo de las Mesas, manifestó:

"Creo que todos sabemos que la familia está pasando por grandes cambios; está cambiando la tecnología en el mundo, está cambiando el concepto de trabajo y en los próximos veinte a treinta años vamos a tener cambios muy fuertes en todos los ámbitos de nuestras vidas y -naturalmente- también en la familia. La familia es el centro de la sociedad. Una sociedad con familias estables y una situación sana va a ser una sociedad que va a seguir creciendo bien.
Entonces, tenemos que seguir analizando también cómo es que en sociedades como la Argentina la familia va a ir desarrollándose y desenvolviéndose y cómo va a repercutir eso naturalmente en nuestras vidas cotidianas. Yo creo que es uno de nuestros principales objetivos para estos eventos el ir analizando cómo está la familia de hoy y cómo se concibe la familia de aquí a unos años, tomando en cuenta naturalmente todos los desafíos típicos de la sociedad Argentina."

jornadas-noa-1La Dra. Mariana Rey Galindo, académica de la Universidad de San Pablo - Tucumán y Jueza en el Poder Judicial de la Provincia, presentó su trabajo:

"Sin pretensiosos ánimos de agotar el tema propuesto para el análisis, el objetivo del presente trabajo es triple: En primer lugar, se pretende identificar los principios generales del derecho de familia vigentes en la Argentina a partir del dictado del Código Civil y Comercial del año 2015. En segundo lugar, se busca enunciar los principios rectores y hacer una breve descripción de sus contenidos. Y en tercer lugar se trata de precisar las manifestaciones de los principios generales en la legislación positiva argentina y en los Tratados Internacionales."

Leer ponencia de la Dra. Mariana Rey Galindo

La Dra. Roxana Velarde, docente investigadora de la Universidad Nacional de Santiago del Estero -Facultad de Humanidades Ciencias Sociales y de la Salud- Magíster en Comunicación Social y Licenciada en Sociología presentó su ponencia.

"Iniciaré con algunos datos sobre Santiago del Estero y Argentina, que en realidad entre todas más o menos lo conocemos. He trabajado con dos estudios que se han realizado en la Universidad, uno específicamente sobre el área de demografía con bastantes datos estadísticos, y el otro con algunos datos cualitativos. He hecho una contrastación entre ambos, tomando también datos a nivel nacional y demás. El propósito es describir, a través de los porcentajes, la evolución del estado conyugal a nivel nacional y provincial. Para ello, se elaboraron cuadros de la variable de estudios según sexo y grupos quinquenales de edad para ambos sexos, de 1960 al 2010."

Leer ponencia de la Dra. Roxana Velarde

La Lic. María Elena Casacci de Facultad de Psicología, de la Universidad Nacional de Tucumán, presentó su ponencia.

"Como todos sabemos de esta cuestión, la última referencia que tenemos es de la familia de la modernidad que era la familia nuclear. Pero como toda estructura social cambia, porque cambian las condiciones sociales, económicas, políticas y culturales."

Leer ponencia de la Lic. María Elena Casacci

Viernes 9 de junio 13 hs · Museo Juan B. Terán de la Universidad Nacional de Tucumán 

banner-familia-liquida-3Las presentes jornadas tienen como objetivo promover un diálogo entre personas comprometidas con esta temática desde los ámbitos académicos, de gobierno, empresarios y sociales, en un marco que facilite el escuchar y poner en juego ideas que -ocupándos del tema en toda su universalidad- permitan comprender las particularidades socioculturales de cada provincia y de la región, aumentando el nivel de conocimiento sobre los cambios que han sufrido las estructuras familiares y sus consecuencias en el aumento de la vulnerabilidad de amplios sectores de la población.

Más información

El IGC de noviembre 2016: - 4,4%

 

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La medición de noviembre de 2016 asignó al ICG un valor de 2,52, registrándose un descenso del 4,4% con respecto al mes anterior. En términos interanuales, el ICG registra una expansión del 44%. En comparación con diciembre de 2015 -última medición correspondiente a la administración de Cristina Kirchner- el Índice muestra una suba del 40%.

 

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