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Fabián Repetto, Pilar Molina y Gabriel Castelli disertaron sobre el desafío de las Políticas Públicas frente a la problemática de la familia durante el Simposio Familia y Políticas Públicas, Hacia un Acuerdo del Largo Plazo, realizado en el CCK el pasado 25 y 26 de octubre.

A continuación breve reseña de las ponencias de los disertantes.

FABIAN REPETTO

La política es una herramienta clave para transitar a la integralidad. El Estado debe tener un rol articulador en el ejercicio de las políticas públicas, articulando con la familia, el mercado y la comunidad. En Argentina esto debe pensarse de forma federal, por la heterogeneidad con respecto a la desigualdad territorial. También hay una coexistencia de temas históricos con cuestiones recientes. La familia es un problema social multidimensional que no se puede resolver sectorialmente (abarca el deterioro de primera infancia, embarazo no intencional adolescente, deserción de la escuela media, informalidad laboral, violencia y maltrato, malnutrición, adicciones, inequidad de género, segregación socio-espacial, entre otros), necesita de una construcción política y teórica-académica. La integralidad en América Latina es pensada desde la oferta y la falta de capacidad técnico administrativa en la implementación, habiendo una fragmentación en las intervenciones. Debe pensarse desde la forma en que se definen los problemas públicos y construirse de abajo hacia arriba, tomando la lógica micro situacional.

PILAR MOLINA

Dentro de las familias en situación de vulnerabilidad se observa que predomina el rol de las mujeres como cuidadoras de hogar (abuelas-madres-hijos) y hay pocos referentes estables masculinos positivos en la vida de los chicos. La violencia de género no solo es de parejas, sino también intergeneracional. Hay hacinamiento, precarización laboral. Hay que reflexionar acerca de lo que se le exige a las familias en situación de pobreza, ya que ni siquiera familias de clase media pueden ocuparse de ciertas atenciones o responsabilidades. Muchos espacios del Estado son expulsivos para los grupos vulnerables. Hay poca planificación de políticas integrales orientadas a la familia en territorio. Se hace necesario un acompañamiento intersectorial con foco en el empoderamiento y generar proyectos de autonomía que promuevan la autoestima y la dignidad. Es importante formar sujetos de derecho que exijan el ejercicio de las políticas públicas.

GABRIEL CASTELLI

Existe una dificultad para aceptar las nuevas formas de familia. Es importante saber qué esperan ellos del Estado; y responder en base a las posibilidades que estén al alcance para resolver estos problemas. En un país federal, como el nuestro, un buen plan nacional se transforma en política pública cuando lo asumen la provincia y los municipios, traduciéndose en acciones concretas en territorio que contemplan la diversidad existente. Los desafíos en la ejecución de políticas públicas son, por un lado, que los ministerios asuman la tarea de consensuar y planificar acciones concretas sin necesitar de otros sectores. Por otro, que logren una articulación entre ellos para reducir las problemáticas integrales respecto a la pobreza y los sectores sociales más vulnerables. Esto último se viene haciendo, por ejemplo, con el Plan de Reducción de Embarazo en la Adolescencia, generándose un trabajo de abordaje conjunto entre los ministerios, habiendo tomado como antecedente el fracaso en  el tratamiento de este tema producto de la fragmentación y desarticulación en territorio.