El premio Nobel Amartya Sen nos recuerda la importancia esencial de considerar a los seres humanos como agentes de cambio, con la aptitud de dar forma a sus vidas, buscar sus preferencias y elecciones; aprender y por lo tanto ser más libres. El populismo ha prostituido todas estas dimensiones, tomando la pobreza sólo como una herramienta de su trabajo partidario. Por eso, el nuevo tiempo debe partir de una concepción profundamente diferente de los modos de construir la vida y el lugar del Estado y la política; un cambio de época de enorme complejidad.
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